martes, 8 de julio de 2008

VII del Amor a la Paz

Cuanto menos te tengo, más te quiero. Mercancía adulterada, inclinas la injusta balanza del lado del mercader de sueños. Hoy ha estallado otra guerra, no importa en que país, tu has huido como huye el que tiene mucho que perder. Has dejado tu impronta en la memoria, sin olvidar que el recuerdo siempre es recuerdo del recuerdo; el amor se convierte en miedo, y el miedo se convierte en odio. Te volviste abyecta. Nada es verdadero cuando no estas. La prensa selecciona a sus muertos y una parte de nosotros ya no existe. Nos impusiste condiciones que no pudimos aceptar. Subió mucho el pan, pero más cara era el hambre; no nos llegaba para pagarte el diezmo. Corriste al hemisferio donde a costa de nuestra guerra pueden costearte el sueldo. Te fuiste y nos dejaste ídolos de barro que no se pueden comer y jirones de bandera que no sirven para abrigar a nuestros muertos. Te abrazaremos cuando vengas, para olvidarte justo antes de que vuelvas a huir.

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