ELOGIO AL FÚTBOL. Por Kostas Vidas
Celebrando el nuevo documental, Maradona by Kusturica, y celebrando también el partidazo que nos ofrecieron el pasado miércoles Manchester United y Chelsea en la final de la Champions' League, me permito elogiar con unas líneas la belleza del fútbol.
A veces resulta complicado explicar la belleza y sensación de placer emocional que despierta algo que a muchos parece vulgar: “once tíos corriendo detrás de una pelota...”. Sabemos que tras el espectáculo de masas del fútbol de elite se esconden negocios poco limpios, intereses creados y un arribismo siempre efervescentes. No en vano el bueno de Vázquez Montalbán concebía el fútbol a escala mundial como “una nueva religión laica organizada para beneficio de las multinacionales y las televisiones”. También sirve para alimentar el vacío de información de los medios de comunicación por medio de la omisión, llenando el hueco de un chismorreo constante entre jornada y jornada, creando noticia donde no la hay y obviando otras que si pueden ser de interés público. Como en cualquier fenómeno de masas, en el fútbol también encuentra su sitio el fanatismo, enfermedad delirante de un idealismo primitivo y deforme.
Pero el fútbol puede ser explicado de diversas formas. El maestro Quintana, que dicho sea de paso no es demasiado aficionado a este deporte, me dio una explicación muy interesante sobre la relación entre las formas geométricas y las tradiciones de fe y pensamiento no judeo-cristianas. A través del juego de la pelota practicado por los mayas como un ritual(aún se practica en Guatemala), su práctica se convertía en una metáfora de la creación del universo según la tradición de sus creencias. Con la única artillería de sus caderas, rodillas o codos, según la variante del juego, se trataba de combinar entre los compañeros de equipo sorteando al contrario hasta colar la pelota de caucho por un aro. No sabemos si llegó antes la expectación por el juego o la sacralización del mismo. El maestro Quintana siguió explicando que en el fútbol, igual que en el juego maya, coinciden una serie de figuras geométricas más o menos perfectas, rectángulos y semicírculos en la configuración del campo, y la esfera en la pelota. Me dio a entender que la esfera sigue siendo la forma sagrada en nuestro pensamiento. Responde a unas leyes matemáticas y formales invariables. Dentro de su volumen podemos ubicar cualquier figura; es el sol, es la luna, y es nuestro planeta. En definitiva, es la bola de cristal de nuestra mente. Los antropólogos pueden descubrir la integración cultural de la persona como jugador en el grupo que centra la atención de un considerable sector de una sociedad. Los sociólogos pueden entender el rol social de cada jugador según su ubicación, posición o rango, y función respecto al grupo.
En cualquier caso, para aquellos que disfrutamos viendo una expresión de fuerza colectiva más o menos técnica, la belleza de una combinación de pases, un remate acrobático o un despeje inesperado y sorprendente; para nosotros, el fútbol tiene una configuración ideal hermosa. Albert Camus afirmó que de sus “variadas experiencias” en la vida , “la que más sé, a la larga, acerca de la moral y de las obligaciones de los hombres, se la debo al fútbol.”. Respecto a la configuración ideal del fútbol: es solidaria, por más estrellas que se vendan y compren hoy en día, prima el colectivo sobre el individuo con un objetivo común; es honesto, su conjunto de normas excluyen el juego sucio y la agresión, la picaresca y el arrebato son la excepción que confirma la regla; no es elitista, muchas de sus estrellas lo aprenden en la calle; es dialéctico, la superación se fundamenta en cada rival; es emocionalmente intenso; Y lo más importante, nunca se juega solo.
Dedicado a Juan Alarcón, Francesc S. Sorlí, los Pinzones de Onda, Marcos el de la Harley, y Pepe el de la Funeraria, entre otros muchos.
Escrito por Kostas Vidas para Todo Fútbol.
Un interesante artículo sobre la trascendencia del futbol:
El fútbol es poesía colectiva de Jorge Echeverri González:
http://www.mundolatino.org/textos/poecolec.htm
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