Albert Camus (Mondovi, Argelia, 1913-Le Petit Villeblevin, Francia, 1960). Nace en el seno de una familia pies negros. Un accidente de coche privó a nuestra generación de la templanza que da la vejez a la sabiduría. Sus cuarenta y seis años no parecen pocos si se valoran la diversidad de su obra, su tesón para implicarse en toda actividad vital y literaria de su tiempo desde bien joven, y su discurso articulado sobre la importancia del hombre como individuo. Sobre este último punto cobra importancia el hecho del hombre que se hace a sí mismo. Su padre murió en la Primera Guerra Mundial durante la batalla de Le Marne. El pequeño Albert aún no había cumplido el primer año de edad. Supo sobreponerse a la delicada situación económica en la que había nacido, y con la ayuda de un maestro suyo, Louis Germain, a quién dedicó su discurso del premio Nobel, consiguió ingresar en el liceo y posteriormente diplomarse en letras. La tuberculosis frenó sus estudios durante un tiempo y le dejó secuelas de por vida que le impidieron primero dedicarse a su otra pasión, el fútbol, y después ejercer de profesor. Una vez recuperado formó un taller de teatro y empezó su carrera periodística. En 1939, ante la amenaza totalitarista se presentó voluntario al ejército de donde también fue rechazado por las secuelas tísicas. Se instala en París como corresponsal de París Soir, y durante la Segunda Guerra Mundial fue miembro activo de la Resistencia dentro del grupo Combat que edita un periódico clandestino con el mismo nombre. Una vez liberada París y sin dejar su activismo como redactor, el progreso de la guerra no mermó su producción. De 1939 a 1944 publica: Bodas, El extranjero, El Mito de Sísifo, El Malentendido, y Calígula. En 1947 publica su novela emblema, La Peste, que pese a subrayar la fragilidad del individuo muestra un trasfondo optimista en la capacidad de los seres humanos para unirse y solidarizarse ante el desastre. En los años siguientes entra en contacto con los círculos anarquistas y colaboró con publicaciones como Le Libertaire, La Revolucion Proletarienne, y Solidaridad Obrera de la CNT. Desde esta perspectiva discutió toda ideología que impusiera un fin a la Historia, tanto el Cristianismo, como el Marxismo. Denunció los crímenes estalinistas y apoyó los levantamientos proletarios en Polonia y en Hungría. La literatura de Camus, a través de un articulado ensayístico, de la novela y del drama, realza la importancia del individuo en el camino hacia la dignidad y la colaboración humanas en una sociedad de valores anacrónicos o corruptos. Desliga una filosofía y conducta humana de la fe en Dios, y otros sistemas con un fin abstracto, afirmando que el hecho de la existencia humana es la que puede otorgar significado a si misma frente a lo que puede parecer un absurdo.
Los Justos, de Albert Camus, se representó por vez primera en 1949 en el teatro Herbertot y pese a una no tan fuerte repercusión en los círculos literarios como supusieron El Extranjero o La Peste, nos encontramos ante una pieza vital en lo que se refiere a teatro político. A través de un drama en cinco actos, Camus expone varios enfrentamientos dialécticos de los que se ocupó en toda su obra. La obra recrea unos hechos acaecidos en los últimos años de la Rusia zarista, cuando se fraguaba la Revolución Rusa. Un grupo de socialistas revolucionarios prepara un atentado contra el Gran Duque en uno de los viajes que este tiene previsto hacer desde palacio al teatro. Dan por hecho, que con la inestabilidad en la que se encuentra el país, el eco de este atentado desatará la fiebre revolucionaria fortaleciendo el proceso de liberación hacia un estado proletario. Durante todo el relato existe un discurso dialéctico que enfrenta diferentes variantes ideológicas. La discusión que prima es qué debe prevalecer el fin o los medios hacia este. Encontramos unos personajes con un fuerte contenido de personalidad. En este caso, tenemos a Kaliayev, que encarna el idealismo como fuente de justicia, y que es uno de los responsables de lanzar el artefacto explosivo. Busca el optimismo necesario sin negar su base de responsabilidad, su disposición a la penitencia es ser ejecutado para neutralizar la condena moral del asesinato. Frente a él, encontramos a Stepan, que ha sido puesto en libertad recientemente tras haber sido condenado por revolucionario. Un pasado de presidio y torturas le presentan el fin de la revolución como única expresión de la justicia, obviando cualquiera de sus consecuencias por fatales que sean. Dora Dulebov (representada por María Casares, principal relación sentimental en la vida de Camus) expresa la misma disyuntiva pero dentro de su propio personaje. Así mismo, se ve varias veces en la encrucijada moral de decidir por que tiene mayor apego, su amor por Kaliayev, su amor por la justicia, o su amor por la organización. Miedo, verdad y justicia, son los sentimientos que llevan a menudo a los personajes a expresar su posición frente a cada discusión moral. Annenkov, jefe del comando, muestra la capacidad de liderazgo enfrentada a la predisposición al sacrificio. El comisario Skuratov prueba su capacidad de negociación frente a la incorruptibilidad de Kaliayev. Y no deja de ser curioso el papel de la Gran Duquesa, profundamente religioso en cuanto que el significado de su vida depende de ello. En fin, si tenéis la oportunidad de leerla o de verla representada no lo dudéis.
Mas información sobre Albert Camus en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Camus
http://www.monografias.com/trabajos27/albert-camus/albert-camus.shtmlY su discurso de premio Nobel(francés e ingles):
http://nobelprize.org/nobel_prizes/literature/laureates/1957/camus-speech.html
1 comentario:
Com va Kyrie Kosta?
2 cosetes: pots borrar de la llista els blogs de estodo futbol y cursos y oposiciones (els he esborrat).
La segon es que revises un poquet millor a qui poses en la llista de blogs, rikse mi matia ston kapetanio, mou fainetai einai akrodeksios, esu tha deis.
Besets
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