martes, 3 de febrero de 2009

Dos fábulas de Albert Pla

No he podido resistirme, amigos. Como el estudio gusta pero contrarreloj angustia, lo acompaño de música. Hoy le ha tocado el turno a este cantador de historias, genio que escapa a cualquier etiqueta o código moral artístico. Hace crecer ampollas y llagas bajo la caspa, y eso es importante en los tiempos que corren. Con los pelos como escarpias por la emoción por compartir el momento con vosotros, he corrido a buscar un videoclip del tema "Vida d'un gat", y he encontrado este, con la historia contada en ilustraciones de Epi Neuraska. Podeis consultar su trabajo en su blog y en su myspace. Incluyo la letra en castellano para aquellos que tengais alguna dificultad con el catalán. En segundo lugar, podeis disfrutar de "El Gallo Eduardo Montenegro"




Su padre era un gato gordo y cojo
y su madre una gata de la calle.
Y él nació una noche bajo la lluvia,
pero su madre murió en el parto
y su padre de un infarto.
Y quedó abandonado por medio de los prados.
Moriría de hambre, moriría congelado.
Pero por suerte era un gatoy tenía siete vidas.
No tenía ni padres ni un amigo,
ni un padrino de familia que lo cuidase.
Feo y solitario, con sólo unos días de vida,
arrastró su cuerpo por un camino hasta la ciudad,
Y fue al cruzar la carretera
que va un camión y lo atropella
en un paso de cebra.
Pero por suerte era un gatoy tenía siete vidas.
Y se sintió deprimido, débil y agobiado,
allí chafado bajo el camión.
Y veía que no podía, no podía respirar,
pero por nada la vida quería dejar al gato.
Y pálido y con miedo a la muerte,
siguió a una nena y la nena lo cogió.
Lo tomó en brazos y le puso un nombre ridículo.
Se lo llevó a casa y se lo enseñó a la familia.
Pero un padre sin escrúpulos que lo coge por la espalda
y, mientras reñía a la nena, lo tiró por la ventana.
Pero por suerte era un gatoy tenía siete vidas.
Siete pisos de caida y quedó vivo sobre la acera,
rebentado y destrozado, pero ha más vidas que le esperan,
vida, hay vida.
Pero consiguió levantarse y consiguió caminar,
consiguió cruzar la ciudad hasta el puerto,
y vio un mar y vio un pez,
se acercó al muelle pero resbaló.
y calló al agua y se sintió perdido.
Lo tenía claro, moriría ahogado.
Pero por suerte era un gato y tenía siete vidas.
Era patético ver como se enganchaba a la vida
chapoteando hacia un barco que se marchaba mar adentro.
I consiguió subirse medio ahogado, medio muerto de pena,
y pasó toda su infancia dentro de un barco de pesca.
Siete meses después desembarcó
en una tierra extraña, apocalíptica, ingrata
las casas medio destruidas, la gente muriéndose o bien, matándose,
y un merdero de gritos histéricos, de terror y fuego y nervios.
Y de golpe, una bomba le explotó bajo los pies
y salió volando por los aires despidiéndose de la vida.
Pero por suerte era un gatoy tenía siete vidas.
En aquel pais de mierda, había guerra, había guerra,
y donde reina la violencia te acribillan por la jeta.
El cuerpo lleno de metralla, que se moría, que se moría,
cuando sucedió un prodigio que no hubiera esperado nunca.
Una gata preciosa y piadosa lo recogió
y con el tiempo y unas caricias le curó las heridas.
Y se pasó follando los días que pasó en convalecencia.
Pero la gatita ocultaba que amaba a otro gato,
¡qué digo un gato!, si eso era un tigre,
que lo descubrió un mal día y juró que los mataría,
aquello era un lío de faldillas.
Pero por suerte era un gatoy tenía siete vidas.
Imaginad aquella bestia, una especie de legionario,
reclamando como venganza la muerte de los dos amantes.
La gata quedó muerta, desgarrada a zarpazos,
y él, como no, se escapa perseguido como una rata.
Se acabaron los tiros y eran tiempos de paz,
de paz, pero miseria, de pena y hambre.
Y un día el gato volvió a sentir que su cuerpo levitaba,
que su cuerpo desiafiaba toda ley de gravedad,
por las patas lo cogían, y del suelo lo levantaban,
y una voz ilusionada que miraba y gritaba:
Yuu juuu, familia, hoy para cenar tenemos gato a la brasa.
Pero por suerte era un gatoy tenía siete vidas.
Salió por piernas, no lo pescan de milagro
que no acaba como un plato de subsistencia en la postguerra.
Hambre, hay hambre.
Había pasado siete vidas, pero el gatito nunca moría,
la verdad no comprendía la gracia de esta vida.
Y ahora tan sólo, se arrastraba, solo erraba, solo vagaba,
ahora era un viejo gato de mierda despreciado por todo el mundo.
Qué era un saco de golpes, qué estaba quemado,
pero es que hostia puta que vida más perra que tenía.
Y por desgracia era un gato y tenía siete vidas.
(Albert Pla)

EL GALLO EDUARDO MONTENEGRO

4 comentarios:

Epi Neuraska dijo...

Un placer que disfrutaras de este trabajo. Ningún inconveniente, es mas vuestro que mio.
Interesantes blogers con buenos contenidos, me paso en otro momento para disfrutar.

Salut i Republk
epi

Queiles dijo...

Albert Pla Siempre me pareció el mayor susurrador de historias trasgresoras y delirantes, infantiles y crueles como la que mas.

➔ Sill Scaroni dijo...

Me gustó mucho tu blog, me quedé acá leendo y mirando los videos.

Saludos.
Sill

FSS dijo...

Kostaki yo ya ando por Atenas recuperandome del virus gripal castellonense.

Cuidate mucho, nos vemos este verano.

Te dejo el link del blog que sustituye a la P de pacito

http://sinderechoareclamar.blogspot.com