martes, 31 de marzo de 2009

Crisis... Otra Perspectiva. Gabriel García Márquez.

Me ha llegado un e-mail (gracias Emi) con esta parábola de García Márquez. Cuanto menos, da que pensar en como afrontar las situaciones. Creo que merece una reflexión por parte de todos.

Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora mayor que tiene dos hijos, uno de 19 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde: 'No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo'. El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice: 'Te apuesto un peso a que no la haces'. Todos se ríen. El se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla, y él contesta: 'Es Cierto, pero me he quedado preocupado de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo'.

Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mama, feliz con su peso y le dice : 'Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto. ¿Y porqué es un tonto?, Porque no pudo hacer una carambola sencillísima, según él preocupado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.' Y su madre le dice: 'No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.' Una pariente que estaba oyendo esto y va a comprar carne y le dice al carnicero: 'Déme un kilo de carne', y en el momento que la está cortando, le dice: 'Mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado'. El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de carne, le dice: 'mejor lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas'. Entonces la vieja responde: 'Tengo varios hijos, mejor déme cuatro kilos...' Se lleva los cuatro kilos, y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor.

Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde. Alguien dice: '¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo? ¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!' Sin embargo, dice uno, 'a esta hora nunca ha hecho tanto calor. Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor. Sí, pero no tanto calor como hoy.' Al pueblo todos alerta, y a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz: 'Hay un pajarito en la plaza'. Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito. 'Pero señores', dice uno, 'siempre ha habido pajaritos que bajan aquí. Sí, pero nunca a esta hora.'

Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo. 'Yo sí soy muy macho', grita uno. 'Yo me voy.' Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve. Hasta que todos dicen: 'Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos'. Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo. Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: 'Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa', y entonces la incendia y otros incendian también sus casas. Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, le dice a su hijo que está a su lado: '¿Viste mijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?'





5 comentarios:

Valencia y che dijo...

Pues tiene mucha razón, una vez más el señor Márquez. En parte esa psicosis es la que ha frenado al mundo hasta llevarle la actual crisis. Pero no nos olvidemos de una cosa, de que fueron los capitalistas, los que nos roban lo que merecidamente ganamos con nuestro trabajo para darnos solo migajas con las que únicamente aspiraremos a segur trabajando para ellos, fueron ellos quienes crearon esta crisis, psicológica o no, pero ellos la crearon. Sin embargo y como siempre en el sistema capitalista, somos nosotros, la clase obrera, quienes sufrimos su crisis en nuestras carnes.

Una cosa tengo clara, que a día de hoy, si no compro un quili de carne no es por una cuestión de psicología pesimista sino porque se sigue pagando con dinero y eso a día de hoy, en mis bolsillos es una utopía casi mayor que la de ver un mundo justamente repartido

Saludos Kostas

Sandra Figueroa dijo...

La crisis nos afectara a todos de diferentes maneras.......que triste realidad. Un gusto leerte, besos, cuidate.

Azpeitia poeta y escritor dijo...

La crisis es real, pero se acentúa por la desconfianza de la gente, y puede tomar tintes dramáticos si se dispara y salta a la calle.
Me preguntabas por la imagen de mi post...la encontré y me pareció adecuada, porque recoge la apatía y desidia de la sociedad, como si nada fuera con ellos...un abrazo de azpeitia

Mariel Ramírez Barrios dijo...

Por favor,Kostas
Es tan terrible porque todos sabemos que es posible
Que es nuestra humanidad la que nos lleva al caos,ad eternum.
Increìble artìculo.

Borrasca dijo...

Ese cuento de Gabo lo leí hace muuucho tiempo y siempre que lo releo me vuelve a impactar por su vigencia en cualquier época.

Besos borrascosos