jueves, 6 de agosto de 2009

"Extraños en un Tren". Patricia Highsmith


Con su primera novela publicada, Extraños en un Tren, Patricia Highsmith se convierte en una maestra del suspense inaugurando una prolífica carrera literaria. Su adaptación cinematográfica corrió a cargo de Alfred Hitchcock. Tal y como suelo hacer en mis pequeñas reseñas no voy a desvelar la trama que, aún partiendo de una idea sencilla, está tratada con gran profundidad y maestría. Pese a ser un argumento clásico policíaco, Highsmith revisa una vez más el debate moral del homicidio desde varios frentes psicológicos y morales. Como ya hiciera Dostoievski en su Crimen y Castigo, los protagonistas se encuentran en estados mentales paralelos convertidos en campos de batalla dialéctica donde se enfrentan una y otra vez los conceptos de culpa y justicia. La seguridad a la que pretende asirse el personaje consciente del éxito de un “crimen perfecto” es una tabla de salvación que se quiebra por presencia o ausencia de un inteligente, aunque inestable, cómplice. Narrada en tercera persona, la pluma de su autora es diestra en la descripción y desencadenamiento de emociones, y traslada al lector la zozobra de las conciencias decadentes, manteniendo el ritmo incluso en los estadios de la trama en que la acción parece pausada, pero que realmente traducen espacios temporales en los que los personajes sufren progresiones psicológicas. También tengo una opinión sobre el desenlace pero, evidentemente, no la voy a manifestar. Recomiendo encarecidamente, a aquellos que gusten del género policíaco, su lectura.

1 comentario:

Unknown dijo...

He visto la película varias veces pero todavía no me he leído el libro.

Tomo buena nota de la recomendación, amigo Vidas.

Saludos.